Sombras de muerte y desesperación

Sombras de muerte y desesperación invaden mi vida, estoy cruzando un valle oscuro y he tenido que pagar un alto precio. Mientras por todos lados los ricos y poderosos hacen festines, comen y beben alegremente, yo me hundo en un abismo de tristeza y desesperación. El poco hálito de vida que me queda lo utilizo para poder levantarme por las mañanas, mientras que el resto del día es un arrastrarme constante hasta la noche.
Si me miro al espejo me ahogo en penas, da horror mi semblante, los hombres giran su cara al verme pasar.
Día y noche me atenazan dolores, temo cerrar los ojos y luego temo abrirlos, temo caminar y quedarme parado, los miedos atenazan mi corazón.
¿Quién recordará mi apellido? ¿Acaso quede algo de mí tras pasar por este mundo? Soy una brizna de hierba, un despojo que no importa desechar, un murmullo de viento que viene y se va sin apenas levantar una hoja a su paso.
¿Dónde dejé los denarios que me diste, Padre? ¡Si apenas puedo sostenerme en pie!
Pero Tu me alimentas de esperanza, me das la fuerza y la fe de enfrentarme a esta vida que no es vida y caminar hacia la Vida definitiva. Porque, ¿qué es la vida mundana, sino una muerte constante? ¡No nacemos, empezamos a morir! Es falso que estemos viviendo, ¡estamos muriendo! Y cada día adelanta nuestro irremediable final, la vuelta al polvo de nuestra carcasa corruptible.
Por eso ¿qué valor tiene la vida, si no hay otro valor que hacérsela lo más agradable posible a nuestros hermanos?
La vida auténtica es la Vida de arriba, este es un tránsito, un mal despertar, una pesadilla, una purga, un sueño vanal. La vida corporal es solo polvo, la vida verdadera es la espiritual.

No hay comentarios: