Tu copa rebosa de ira, Señor, en medio de tempestades, de cataclismos, de asteroides... y yo, que tan injusto he sido con mis hermanos, ¿como puedo esconderme? Como podemos escondernos nosotros, que derrochábamos en jolgorios y fiestas mientras se morían al lado nuestros hermanos.
Y cuando nos preguntes qué hemos hecho, ¿que responderemos? ¿Que estábamos emborrachados de ignorancia? ¿Que estábamos ciegos? ¿Que desconocíamos tu existencia, tu Palabra, tus ministros? Nada de eso nos servira como excusa.
Y tu ira se cobrará nuestra irresponsabilidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario