Señor Omnipresente

Señor Omnipresente, lleguen a ti nuestros gritos en comunion, nuestras voces desgarradas por la maldad del mundo. Tu claridad ahogue nuestra oscuridad, destruya nuestros miedos y elimine nuestras inquietudes y pecados. Danos la fe que necesitamos para sobrevivir, acuerdate que errantes andamos y nos perdemos facilmente, ¿que sería, pues, de nosotros sin ti?
Y las preocupaciones diarias nos absorven, nos alejamos de ti inconscientemente, huimos del agua pura en pos del agua pura, y cuanto más nos alejamos más te necesidamos.
¡Restitúyenos en tu presencia, como ovejas perdidas andamos, sin ti no podremos subsistir! ¡Escucha nuestro grito desgarrador y apiádate de nosotros, que en medio de luchas estamos!
¡Señor, no podemos permanecer sin ti, y tu sola ausencia sería nuestra muerte mayor! ¡Señor, no nos dejes en el mundo, que te pertenecemos! Velamos necesitándote, no nos abandones.