Como humano te hablo y mi limitada conciencia no llega a poder discernir lo que realmente significas, como aire que se escapa en mi mano intento retenerte sin comprender que bajo tu mirada nada se escapa, que estás presente en las partículas fundamentales del Universo, oh, Gran Constructor.
Y tu manejas los hilos de las construcciones que sostienen nuestros sustentos, que has escrito las leyes que nadie puede transgedir, las mismas leyes que nos diste a nosotros, porque nadie mejor que el constructor conoce el manual de instrucciones de los elementos construidos.
Pero nosotros, necios, nos empeñamos en ir contra corriente, en chocar contra artificiales muros impuestos por nosotros mismos que nada nos convienen.
Encerramos las llaves de la vida y despreciamos tu calor, viéndonos luego abandonados en mitad de la tormentosa noche.
yY te ignoramos a ti, que soplas como un aire fresco en nuestros rostros, calmando nuestro cansancio, nuestra sed y sufrimiento.
Nos nos dejes perdernos, ayúdanos a ayudarnos de la mejor forma que podemos: confiando en ti.
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