El dolor es mi compañero diario
El dolor es mi compañero diario, las llagas y la amenaza de la muerte me laceran cada dia, no tengo nada que me calme este agónico dolor, solo tu esperanza me mantiene con fuerzas, y la fe en tus promesas, Cristo, hace que me refleje en tu dolor. Inmerecedor compañero de tus sacrificios, sammaritano que espera acompañarte hacia el Emaún en gloria, cuando cambies este mi cuerpo imperfecto y mudes mi piel herida en un cuerpo eterno.
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